Patrones electrocardiográficos de oclusión coronaria en infarto agudo de miocardio

Introducción

La identificación temprana de la oclusión coronaria aguda continúa siendo el pilar del tratamiento del infarto agudo de miocardio (IAM). Durante décadas, la práctica clínica se ha sustentado en el binomio STEMI/NSTEMI (infarto de miocardio con y sin elevación del segmento ST), con activación inmediata de reperfusión sólo ante criterios de elevación del ST. Sin embargo, el artículo de Ricci et al. publicado en Annals of Emergency Medicine (2024), propone un cambio de paradigma: abandonar la equivalencia STEMI = oclusión y adoptar un enfoque centrado en el infarto por oclusión miocárdica (OMI).

Evolución del paradigma diagnóstico

La clasificación STEMI/NSTEMI surgió en la era de la CK-MB y la trombólisis, cuando el objetivo era diferenciar pacientes con beneficio de fibrinolíticos. Sin embargo, estudios de los años noventa ya mostraban que la elevación del ST no siempre reflejaba una oclusión total. Con la introducción de la troponina de alta sensibilidad y la angiografía precoz, quedó en evidencia que la fisiopatología del infarto era mucho más dinámica y que el ECG único podía ser insuficiente para captar la naturaleza fluctuante de la trombosis coronaria.

 

Dinámica trombótica y reperfusión espontánea

La ruptura de placa expone un núcleo altamente trombogénico que precipita la formación rápida de un trombo oclusivo. Factores como el flujo coronario, la reactividad plaquetaria y la fibrinólisis endógena determinan la posibilidad de reperfusión espontánea. Este ciclo de oclusión-reperfusión explica los cambios electrocardiográficos intermitentes y la posibilidad de encontrar arterias “abiertas” en la angiografía pese a una oclusión inicial.

 

Evidencia clínica

En el metaanálisis de Meeuwissen et al., que incluyó 60 898 pacientes, la oclusión angiográfica (TIMI 0/1) en el grupo diagnosticado como NSTEMI fue del 28 % (IC95 %: 24–33).

El registro DIFOCCULT, prospectivo y multicéntrico, demostró que una interpretación sistemática del ECG permitió reclasificar a 28 % de 1 000 pacientes etiquetados como NSTEMI en verdaderos OMI, con un HR (Hazard ratio) de mortalidad a 1 año de 2,1 frente a los NSTEMI sin oclusión.

Otros estudios como DOMI-ARIGATO confirmaron que el tiempo a la reperfusión, y no la etiqueta diagnóstica inicial, es el principal determinante de la extensión de necrosis y de la fracción de eyección a mediano plazo.

 

Esta editorial analiza de forma minuciosa los argumentos, evidencia y repercusiones de este trabajo, resaltando su impacto en la práctica clínica en la cardiología critica.

 

De la dicotomía STEMI/NSTEMI al modelo OMI/NOMI

Limitaciones del modelo clásico

Los criterios STEMI fueron concebidos para diferenciar infarto de no infarto en pacientes con CK-MB, no para detectar oclusión coronaria. Su sensibilidad para OMI es apenas del 43% (IC 95 % 34,7–52,9).

Además, 25–34 % de los pacientes con diagnóstico inicial de NSTEMI presentan en realidad una arteria culpable totalmente ocluida (TIMI 0) en la angiografía del día siguiente. La consecuencia: retrasos en la activación de hemodinamia y mayor tamaño de infarto y mortalidad a un año.

Concepto de OMI

OMI se define como isquemia en curso por oclusión epicárdica completa o casi completa, con colaterales insuficientes, que requiere reperfusión inmediata. A diferencia del diagnóstico basado en un solo ECG, demanda una evaluación dinámica: correlación de síntomas, ECG seriados y biomarcadores.

Evidencia clave recopilada en el artículo

  • Meta-análisis en NSTEMI: 28 % de oclusión coronaria en 60.898 pacientes .
  • DIFOCCULT study: 28% de NSTEMI re-clasificados como OMI tras interpretación experta de ECG .
  • Pacientes con NSTEMI-OMI presentan el doble de mortalidad a 1 año frente a NSTEMI sin oclusión.

Estos datos sustentan que el paradigma STEMI/NSTE MI subestima de forma sistemática el verdadero riesgo.

Patrones electrocardiográficos de alto riesgo (“STEMI-Equivalentes”)

Cada patrón incluye correlación anatómica y puede presentarse de forma transitoria, por lo que la realización seriada de ECG es esencial.

  1. T ondas hiperagudas

Se caracterizan por T simétricas, de base ancha y mayor área bajo la curva que la onda R correspondiente, a menudo con acortamiento del QTc. Son el marcador más precoz de oclusión en cualquier territorio, con sensibilidad cercana al 60% y especificidad próxima al 90% cuando se interpreta en los primeros 30 minutos de dolor torácico.

  1. Patrón de de Winter

Presenta depresión ascendente del ST de 1–3 mm en V1–V6 con ondas T altas y base ancha y elevación en aVR. Es altamente específico (>95 %) para oclusión proximal de la arteria descendente anterior, aunque su prevalencia es baja (≈2 % de las DA ocluidas).

  1. Síndrome de Wellens

Onda T negativa profunda o bifásica en V2–V3 tras la resolución del dolor, indicativa de estenosis crítica de la DA proximal y alto riesgo de infarto anterior extenso. Sensibilidad reportada de 60–70% y valor predictivo positivo elevado.

  1. Patrón de Aslanger

Elevación aislada en la derivación III (<1 mm) acompañada de infradesnivel difuso del ST. Sugiere oclusión distal de la circunfleja o de la coronaria derecha. Estudios observacionales refieren especificidad >90 % para OMI inferior.

  1. South African Flag Sign

Elevación del ST en I, aVL y V2 con descenso en III, asemejando los colores de la bandera sudafricana. Indica oclusión de la primera diagonal de la DA. Es infrecuente (<1 % de los OMI) pero muy específico.

  1. Bloqueo bifascicular nuevo

Combinación de bloqueo de rama derecha (RBBB) con hemibloqueo anterior izquierdo. Ante dolor torácico agudo debe interpretarse como DA proximal ocluida hasta demostrar lo contrario. La sensibilidad es limitada, pero la especificidad para OMI es alta.

  1. Infarto posterior (inferolateral)

Infradesnivel máximo en V1–V4 que representa elevación “espejo” en la pared posterior (inferolateral). El uso de derivaciones posteriores (V7–V9) aumenta la sensibilidad. Se asocia a oclusión de la circunfleja o de la coronaria derecha dominante.

  1. Distorsión terminal del QRS

Ausencia de onda S o pérdida de la muesca en el punto J en V2–V3. Altamente específica para oclusión de la DA, con valor predictivo positivo superior al 90%.

  1. Criterios de Sgarbossa modificados de Smith

En bloqueo completo de rama izquierda o ritmo estimulado, se considera diagnóstico la elevación concordante ≥1 mm o la relación ST/S ≥0,25 en derivaciones con ST discordante. Mejora la sensibilidad manteniendo especificidad cercana al 90%.

  1. Precordial Swirl

Elevación de ST en aVR y V1–V2 con descenso en V5–V6, patrón que sugiere oclusión de la DA proximal o del tronco común izquierdo.

  1. Northern OMI

Elevación de ST en aVR y aVL con descenso en derivaciones inferiores y precordiales laterales, típico de oclusión de DA o rama diagonal en contexto de enfermedad multivaso.

Diferencias por edad, sexo y etnia

La amplitud del punto J varía según grupo étnico y sexo, afectando la especificidad de los umbrales STEMI.

  • Hombres jóvenes africanos presentan elevaciones basales que pueden simular STEMI.
  • Mujeres y poblaciones turcas requieren mayor elevación para superar el umbral, generando falsos negativos.

Implicancias clínicas

  1. Diagnóstico dinámico: Interpretar ECG en contexto clínico y con registros seriados.
  2. Reperfusión temprana: Indicación de angiografía urgente ante patrones de alto riesgo, incluso sin ST clásico.
  3. Educación médica: Entrenamiento sistemático de emergentólogos y cardiólogos en reconocimiento de OMI.
  4. Inteligencia artificial: Algoritmos de machine learning han mostrado alta precisión en diagnóstico de OMI a partir de ECG de 12 derivaciones.

Implementación en Latinoamérica

La adopción del enfoque OMI exige disponibilidad de hemodinamia 24/7 y capacitación continua.

Países con sistemas regionales de STEMI pueden integrar algoritmos OMI sin grandes inversiones, priorizando la educación de personal de guardia y la interconexión de redes de tele-ECG.

La inteligencia artificial, aplicada al análisis automatizado del ECG, ya alcanza áreas bajo la curva >0,95 en la detección de OMI en estudios piloto, y podría ser una herramienta democratizadora en regiones con menos cardiólogos de guardia.

 

Limitaciones de la evidencia

  • Predominio de estudios observacionales; faltan ensayos aleatorizados que confirmen reducción de mortalidad con la estrategia OMI.
  • Ausencia de ECG estándar en el momento exacto de la angiografía limita la correlación perfecta entre patrón y oclusión.
  • Necesidad de validación externa de cada patrón en poblaciones diversas.

Conclusiones

El trabajo de Ricci et al. constituye una revisión exhaustiva que desafía la práctica vigente. El enfoque OMI/NOMI permite una detección más temprana y precisa de la oclusión coronaria, favoreciendo la reperfusión inmediata y la preservación de miocardio viable.

Adoptar este paradigma implica educación continua, protocolos institucionales y nuevas guías internacionales. Los futuros estudios deben evaluar la repercusión pronóstica de esta estrategia en diferentes sistemas de salud.

 

Puntos clave

  1. La sensibilidad de los criterios STEMI para OMI es solo del 43 %.
  2. Hasta un 30 % de NSTEMI presentan arteria culpable ocluida.
  3. Existen 11 patrones de alto riesgo (“STEMI-equivalentes”) que exigen reperfusión urgente.
  4. El diagnóstico debe ser clínico y dinámico, no dependiente de un sólo ECG.
  5. IA y educación médica son aliados estratégicos para su implementación.

Referencias

  1. Ricci F, Martini C, Scordo DM, et al. ECG Patterns of Occlusion Myocardial Infarction: A Narrative Review. Ann Emerg Med. 2024; 1-11.